Un ACV o accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe o se reduce por alguna causa el flujo de sangre al cerebro, lo que causará en poco tiempo que las células cerebrales mueran y se presenten algunas complicaciones¹.

El ACV, (también conocido como ictus), es una afección médica grave que puede causar discapacidad a largo plazo e incluso la muerte¹. Hay dos tipos principales de accidente cerebrovascular: el accidente cerebrovascular isquémico y el accidente cerebrovascular hemorrágico.

 El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un coágulo de sangre bloquea una arteria en el cerebro, lo que impide el flujo sanguíneo y el oxígeno a las células cerebrales. Este tipo de accidente cerebrovascular es el más común, representando alrededor del 80% de todos los casos. Los tratamientos para el accidente cerebrovascular isquémico incluyen la administración de medicamentos anticoagulantes orales y la realización de una trombectomía, que consiste en retirar el coágulo de sangre².

El accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe y la sangre se derrama en el tejido cerebral. Este tipo de accidente cerebrovascular es menos común, pero suele ser más grave que el isquémico. El tratamiento del accidente cerebrovascular hemorrágico depende de la causa de la hemorragia, pero puede incluir cirugía y medicamentos para reducir la presión arterial³.

Es términos generales, ambos tipos de ACV presentan una alta morbilidad y mortalidad; tasas que se ven aún más afectadas porque muchos pacientes y familias alrededor del mundo no conocen las causas que llevan a estos eventos, y no se encuentran lo suficientemente informados para controlar los factores de riesgo⁴.

Por esta razón, es importante que las personas logren identificar a tiempo el riesgo que tienen de sufrir un ACV acudiendo con un especialista médico que les guíe por un plan de tratamiento acorde con las necesidades y estilos de vida de los pacientes. Algunas de las opciones que se promueven dentro del personal médico para prevenir los ACV son:

Los anticoagulantes orales son medicamentos que tradicionalmente se han usado para prevenir la formación de coágulos de sangre en personas que corren el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Sin embargo, las personas que los consumen deben atender a aspectos relevantes como la necesidad de monitoreo frecuente, manejar los efectos secundarios o contraindicaciones y adaptar sus actividades comunes diarias para disminuir el alto riesgo de sufrir hemorragias. Además, no todas las personas son aptas para recibir este tipo de tratamiento⁵.

Por otro lado, existen algunas alternativas nuevas que pueden ayudar a prevenir un ACV. Un ejemplo de ello es el cierre del apéndice auricular izquierdo CAAI, una alternativa que se ha utilizado con éxito para prevenir el accidente cerebrovascular en personas con fibrilación auricular. El apéndice auricular izquierdo es una pequeña bolsa en la aurícula izquierda del corazón, que es un lugar común para la formación de coágulos de sangre en personas con fibrilación auricular. Al cerrar este apéndice, se puede reducir significativamente el riesgo de coágulos de sangre y accidente cerebrovascular en estas personas, logrando que puedan continuar con su estilo de vida⁶.

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